DUNHILL LONDON, The voice Campaign

Dunhill London, la firma inglesa de ropa que desde que nombró a Kim Jones como director creativo, ha estado en la orbita del lujo internacional. Jude Law como embajador internacional de la firma en Asia consigió abrir un mercado en potencia.

Pero Dunhill no es una firma al uso, empezó en 1893 como suministrador de elementos de coche, pero ahora es un emporio de productos masculinos de lujo, en su sede en Londres se dispone de barbería, bodega de vinos, spa, logicamente sastrería a medida, facilita al gentleman todo lo que necesite, tanto es así que en la primera película de James Bond, Sean Connery nos muestra un encendedor de la casa Dunhill.

Y Dunhill London sabe que ha llegado su momento con las próximas olimpiadas que se celebrarán en su sede central. Para ello ha creado una suculenta colección primavera verano especial para un hombre con un alto sentido del esfuerzo y la superación, nada mejor que tener a tres atletas olimpicos para ser imagen de la campaña "The voice".

El legendario atleta olímpico británico Sir Matthew Pinsent, ganador por cuatro veces consecutivas de la medalla de oro en remo, el doble medalla de oro olímpica de vela Iain Percy y la esperanza joven britanica Olímpica Louis Smith.

"The Voice" no es una campaña que se base en elegir a alguien famoso, se ha escogido a tres luchadores de diferentes edades y con diferentes orígenes. Pero que poseen un toque de distinción. En la actualidad vemos como los grandes atletas son humildes en los campos sino fuera de ellos, aprecian el clamor del público y aún así continuan sobresaliendo con humildad.

Si os fijais en las fotografías de la campaña, son en blanco y negro, algo habitual en colecciones de firmas de lujo, pero en esta no es la ropa la protagonista, lo es el personaje. A través de sus miradas se atisva un qué o quíen les inspiro para convertirse en un icono mundial.

Pero no nos engañemos este es un blog de moda masculina, en esencia, la colección es sencilla, podría pasar desapercibida, pero mirando bien ... es lujo en estado puro. Tiene un postín del que nos atrae, quizás por la imposibilidad de adquirir los productos, pero si tuvieramos la oportunidad sin dudarlo nos haríamos con ellos.

Las ballenas es un elemento importantísimo dentro de la camisa de traje, muchas veces el cuello nos queda mal ajustado por no ponerlas o por tener unas de mala calidad o cortas. Dunhill resuelve este problema con unas de fibra de carbono, te garantizan que si te las olvidas en la lavadora no las pasaría nada, pero ojo una ballena normal te puede destrozar la goma de la lavadora. Pero estas tienen el logo de Dunhill y aunque nos destrozara la maquina de lavado, no nos importaría.

Dunhill se apunta al básico de este verano el chino clásico en color blanco, con un poco de pitillo en el bajo del pantalón, que podríamos combinar con una camisa en listas azul marino, de puño simple y cuello inglés, como toque de distinción y elegancia lleva incorporado el logo en dobladillo del puño.

Para acompañar este look os recomiendo un cardigan en color camel, una prenda que ya sabemos que se debe tener esta temporada en el armario gracias a looks preppy, el cardigan para que os ofrezca elegancia pero no incomodidad es mezcla de algodón y lino.

Este reloj es una pieza de lujo, sencillo y elegante, absolutamente masculino, la piel de la correa nos dan la opción entre caimán y acero y oro, por si le queremos dar un toque más sport.

No podemos obviar una prenda atemporal dentro de Dunhill, la americana azul marino noche de mohair Camdeboo, lo más exclusivo dentro del mohair, Camdeboo solo ofrece sus tejidos a los mejores Zegna, Scabal, Miyuki-Keori. Una prenda liviana y extremadamente duradera, gracias a su capacidad para evitar las arrugas es la prenda perfecta para realizar un viaje.

Como complemento final os recomiendo unos gemelos en plata y madera, inspirados en los coches deportivos británicos de los sesenta.

Dunhill nos ofrece una gamma de productos al igual que los tres protagonistas de su campaña, hechos a sí mismos, y que no aceptan una derrota como una perdida, sino como una nueva meta.