SKYFALL, Craig encuentra su sitio

La noche era perfecta en Londres, todo estaba preparado, la alfombra roja deseaba glamour y que película derrocha estilo?. La recta final ya ha comenzado James Bond va a celebrar su cumpleaños a lo grande.


No se si tuvisteis la oportunidad de ver vía youtube la alfombra roja de Skyfall que se celebró anoche en la ciudad del Tamesis. Daniel sabía que era el centro de los focos y su papel de seductor se apreciaba con cada fotografía que se hacía con los fans. Todo salio bien, incluso Bardem intentó aportar estilo.


James Bond truena de nuevo a nuestras pantallas en lo que parece un reinicio de la franquicia de 50 años. Este no es el 007 que espera tranquilamente que un hombre se desangre antes de robarle su Harrington, el bastardo brutal frío de "Casino Royale" y "Quantum of Solace" se ha suavizado considerablemente y puede incluso manejar un chiste o dos. Si esta evolución hará las delicias o defraudará es una cuestión de gusto personal. Una cosa es cierta, Bond nunca ha lucido mejor. Tom Ford ahora existe para hacer trajes de Daniel Craig.

El traje que más sufre durante la película, 40 copias del mismo lo abalan.
Traer una nueva diseñadora de vestuario, Jany Temime, a bordo era una buena idea. Ha infundido a Skyfall con un ambiente elegante y europeo, vestidos de noche espectaculares con adornos de Swarovski, con capas de negro sobre negro.

Para el hombre un moderno corte sartorial con uno, dos y tres botones. En el contexto de la película estos trajes se sienten reales. Javier Bardem/Silva con un abrigo de cuero largo sería un villano intachable, pero Bond se ve impecable e inmaculado, lejos de un Savile Row inculcado con el aplomo de los fríos años 60. Aunque Craig, aquí en su más amplio sentido, se encuentra en peligro de reventón de la tela, en ocasiones, las rejillas de ventilación siempre cuelgan rectas y ofrecen la disponibilidad de recordar respirar al protagonsita, aún así el botón superior se cierra cómodamente.



Los trajes de James Bond para Skyfall son deliberadamente de corte entallado, durante la película se aprecian ciertos pliegues en escenas de acción que muchos alegarán que son demasiado apretados, con solapa estrecha y pantalones en pitillo con un largo muy corto. Mostrará cuatro trajes en total: Un traje gris piel de tiburón, un gris marengo con raya diplomática, un traje azul marino de seda, además por supuesto de un smoking azul con solapas en negro.


Skyfall es un paseo pulido. Las preguntas sobre la historia de fondo y línea de tiempo van a sonar como un silbido para la mayoría de la gente. Skyfall golpea los elementos Bond establecidos y de mayor prestigio de la tenencia de cada actor y los combina en una película tan satisfactoria como una sola historia que es casi imposible de imaginar el cómo podría ser mejorada.


Bond puede romper cabezas con el mejor de ellos (como Lazenby), se enfrenta a uno de los villanos más grandes incluso que la vida misma (Moore), se embarca en una misión personal (Dalton), consigue al menos una secuencia que sera recordada (Brosnan) y los gadgets tienen un protagonismo mínimo (Connery).

Finalmente, se ha establecido un look también. Después de dos películas, Tom Ford ha cogido la medida de Craig como Anthony Sinclair lo fue de Connery. Sabiamente Jany Temime mantuvo sus trajes bajo mínimos, Skyfall no es un desfile de moda, la ropa de Bond cambia cuando cambia de ubicación. Sus trajes crean un simbolismo sutil con un mimetismo sobre su entorno. El gris oscuro de raya diplomática en Londres, por ejemplo, es un traje muy urbanita.



Los trajes de Bond nos cuentan mucho en Skyfall, tan fácil como observar por debajo de su barbilla para apreciar en que momento anímico de James estamos. Al principio de la película vemos a Craig con el traje gris claro, color piel de tiburón, un color poco aconsejable para Craig, ya que tiene una tez muy pálida, se encuentra seguro de sí mismo, ya no es el Bond de "Casino Royale", rudo e inseguro, ha pasado mucho tiempo y James Bond ya es un agente doble cero con prestigio.

A continuación nos encontramos a un Bond demacrado dándole a la botella con una cazadora de piel tipo aviador, la camisa estilo hawaina de manga corta por fuera del pantalón. Para Bond perder su traje es como para Superman perder su capa, algo irreconocible.

De vuelta en Londres, un viaje invisible a Selfridges para luego detenerse en Crockett & Jones y todo está correcto de nuevo. El vestuario es tan importante para Bond como para entender Skyfall, nos demuestra cuando "007 esta listo para el servicio". No importa que él todavía no pueda disparar derecho, basta con ver que esmoquin azul oscuro.

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2 Comentarios

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