El director creativo de origen Inglés había llevado a su equipo a una peregrinación jacia el estilo británico, en homenaje a uno de sus fundadores ya que su primera colección bebió de los años cincuenta, pero fue el espíritu de Roma, nativo de la frima, la que en última instancia ejerce la atracción más fuerte en esta su segunda colección para la marca.
Hasta la llegada de Mullane, Brioni era más conocido por su sastrería conservadora y chaquetas deportivas. La audacia que presentó durante su historia se había desvanecido. Esta colección es un interesante recordatorio de su pasado incendiario. Brioni se encuentra en una reinvención de la que se nutre, de sus raíces de su patrimonio.
Incluso se lanzó en una chaqueta deportiva de béisbol en ante azul y gris con una gran letra "B" en el pecho. La elegante sastrería italiana salió a la palestra con un traje de tres botones, un Príncipe de Gales, y un abrigo con una textura arrugada. Mullane también colaboró con el fotógrafo con sede en Los Ángeles, James Welling, tomando sus complejas y coloridas fotografías de flores e imprimirlas en conjuntos que van desde el clásico traje Príncipe de Gales, con bermudas, chaquetas de seda con cremallera frontal y camisas.
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