Un sueño solo imaginable en películas de época, de los viejos tiempos, cuando los hombres iban vestidos con trajes para cualquier ocasión, siempre con el conjunto perfecto, para ese evento y tenían un ayudante personal para realizar cualquier función. El caballero del caballero, el ayudante de cámara, un dúo inseparable de estilo.
El ayudante de cámara mantenía la ropa siempre impecable para su señor, le asistía a la hora de vestirse, era una agenda personal sobre sus viajes pendientes y realizaba cualquier tipo de asistencia para que el caballero estuviera sin preocupaciones. En la actualidad tener un ayudante es un puesto inimaginable, ya que la mayoría de las funciones que realizaban en la contemporaneidad son simplificadas por un teléfono, pero seguramente le fascinaría poder conseguir algo parecido en el día a día.
En la época de nuestros ancestros, con un estilo de vida más gentil, el galán era un mueble común en los hogares más pudientes. Los hombres de clase media o alta, que podían permitirse trajes de tejidos nobles, utilizaban el galán para mantener sus chaquetas en perfecta forma. En los años setenta, este "ayudante de cámara" se instauró dentro del dormitorio para ser el punto de inicio y fin del día para el hombre elegante.
El galán, es un mueble de madera con áreas dedicadas para diversas prendas de vestir masculinas, por lo general incluye perchas para los pantalones, percha para la chaqueta y hormas para el calzado. Los modelos más lujosos pueden incluir compartimentos para los gemelos y las gafas o con una bandeja para dejar las llaves o la cartera.
Muy populares dentro de una nueva sociedad española, cada vez más industrializada y los cambios en la moda que acompañaron, el galán de noche se convirtió cada vez más en un mueble obsoleto. La moda diaria de los hombres se alejó de los trajes, pantalones, chaquetas y otra ropa formal que la sociedad una vez había exigido, el galán se convirtió en una reliquia del pasado.
A pesar de su propósito utilitario, el galán de noche se ha convertido en un símbolo de estatus. Son un espectáculo poco común en estos días, pero los hombres están comenzando a abrazar como un recuerdo de tiempos más caballerosos pasados y herramientas útiles para aumentar la longevidad de sus armarios.
Para este objeto que una vez estuvo a punto de extinguirse, el galán de noche ha hecho un trabajo sorprendentemente bueno de adaptación a la vida del siglo XXI. Usted podría, por supuesto, apostar por un concepto vintage, pero tenemos el máximo respeto por el mueble que era un asistente personal, pero ahora hay disponibles opciones de alta tecnología para los hombres que no les apetece arriesgar con las antigüedades. Los más técnologicos planchan sus pantalones, otros tienen almacenamiento para sus aparatos portátiles. Otros pueden cargar esos gadgets.
Tiene tiempo más que de sobra, para visitar páginas web para adquirir o escribir a los reyes magos pidiendo un elemento importantísimo dentro de la elegancia de cualquier caballero.
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